Seguros para la cuarta edad: La difícil andadura del seguro de dependencia

Aproximadamente un 2,6% de la población en España necesita ayuda para realizar tareas básicas. Aunque puede afectar a cualquier persona y en cualquier momento de su vida, es obvio que el porcentaje se dispara cuando se alcanzan determinadas edades

Los mayores de 65  años han pasado de ser un colectivo penalizado en la visión tradicional del sector asegurador, a un colectivo que empieza a tener para las aseguradoras un hueco dentro de su oferta de productos y servicios

En este sentido el seguro no actúa de forma diferente a lo que lo vienen haciendo otros sectores. Se trata de un avance todavía incipiente, pero es cuestión de tiempo que las ofertas de las aseguradoras para este colectivo vayan aumentando, en la medida en que su peso demográfico y económico también alcance mayor relevancia.

Son varios los factores que explican este cambio.  Algunos de ellos serían :

Por un lado, como decíamos anteriormente la evolución que está experimentando la sociedad en la percepción de este fenómeno, y el peso específico que está alcanzando el colectivo. 

Por otro, la propia transformación del sector, que está cambiando muchas de sus prestaciones, que inicialmente tenían un carácter indemnizatorio o reparador, por un sistema de servicios que van más allá de la visión tradicional de siniestro y frecuencia e incorporan  otros conceptos como el de prevención.

 Finalmente, la tecnología, que permite adoptar muchos de esos cambios tanto en los sistemas de gestión como en los servicios que incorporan los productos

Como decíamos, ante la disyuntiva de prescindir de una oferta para este colectivo o realizar una adaptada, vista la evolución demográfica y la capacidad económica y patrimonial, el seguro empieza a optar por seguir respecto a los mayores de 65 años aplicando la linea de transformar sus productos en servicios, y es lo que abre en este sentido muchas posibilidades

Salud, ocio o gestión del ahorro son tres áreas donde se perciben con mayor claridad estos cambios

La gestión del ahorro se traduce en la aparición de productos y servicios como las rentas vitalicias que añaden asesoramiento en la gestión patrimonial

La salud ,a través de seguros específicos de asistencia sanitaria o en los llamados seguros de dependencia

En realidad el seguro de dependencia debería ser en gran medida una combinación de estos dos elementos

Finalmente, respecto al ocio, donde encontramos por ejemplo seguros de asistencia en viaje adaptados en algunas de sus coberturas a las necesidades de este colectivo

ESPECIAL SITUACIÓN DEL SEGURO DE DEPENDENCIA

La situación de dependencia se define como aquella situación permanente en la que el sujeto pierde parte de su autonomía, ya sea física, mental o sensorial. 

De entrada pues no siempre tiene que estar asociada a la vejez, puede venir provocada por ejemplo por un accidente o enfermedad, de ahí que pueda producirse en cualquier momento de la vida de la persona. No obstante,  poner un ejemplo ilustrativo al respecto, los datos señalan que un 25% de las personas que alcanzan los 80 años no pueden por ejemplo bañarse por sí solos

Y sin embargo, desde que arrancó la Ley , en el año 2007, y a pesar de que  cada vez mayor número de personas alcanza algún grado de dependencia, estos seguros han tenido un escaso peso, aún cuando el sistema público es incapaz de abarcar el coste total de los servicios que requiere una persona dependiente.

Las razones son varias, y no apuntan solamente en una dirección. 

Por un lado es cierto que es un tipo de seguro que requiere que  se destine una parte de los recursos hacia el ahorro, y por lo tanto debe existir un factor de previsión anterior a que se produzca la contingencia. 

Por otro, tampoco se observa a veces una apuesta clara hacia este producto. A menudo todavía se utiliza como cobertura meramente accesoria dentro de otros seguros, con lo que pierde naturaleza propia, y en otros casos se vincula exclusivamente a la percepción de unas rentas vitalicias, con lo que difícilmente el posible beneficiario ve la dimensión de los servicios que pueden necesitar en estas situaciones de falta de autonomía.

 Es posible además que exista cierta incertidumbre sobre el coste real de los servicios que requerirá una población con un alto número de personas dependientes debido al constante aumento de la esperanza de vida

CONVERTIR ESTE SEGURO SOLAMENTE EN PRESTACIONES A TRAVÉS DE RENTAS NO ES LA SOLUCIÓN

La situación de dependencia acarrea unas necesidades económicas y una imposibilidad de generar mayores ingresos con que hacerles frente, con lo que la falta de liquidez es un serio problema 

En este sentido, es importante prestar una mayor atención a los estudios que cuantifican el impacto de la pérdida de liquidez en determinadas edades en relación a las nuevas necesidades que aparecen en la vida de esas personas

Para hacernos una ligera idea, actualmente, el perfil medio de la persona que a través de seguros individuales percibe una renta es el de mujer de 80 años que desde hace unos siete años está cobrando su renta

La renta promedio en estos casos se sitúa en torno a 99 euros al mes

No es difícil concluir que estamos lejos de lo que sería un escenario ideal

La persona dependiente no solo precisa de mayores atenciones para paliar su deterioro sino que además en muchos casos no puede valerse por sí solo para gestionar su situación y requiere ayudas de terceras personas. Ello conlleva como sabemos además importantes trastornos por ejemplo en el núcleo familiar

Incorporar por lo tanto servicios como el asesoramiento en temas médicos o legales, la asistencia o la ayuda domiciliaria son algunos de los ejemplos de coberturas que este seguro debe contemplar

Los seguros de dependencia solo serán una alternativa válida si el sector asegurador profundiza en la prestación de servicios como alternativa o complemento al sistema indemnizatorio y de rentas, y, paralelamente,  se produce una mayor concienciación social que se traduce en un aumento del ahorro en relación a la renta disponible de las familias.

Incorporar por lo tanto servicios como el asesoramiento en temas médicos o legales, la asistencia o la ayuda domiciliaria son algunos de los ejemplos de coberturas que este seguro debe contemplar, y que en algunos casos se hacen extensivas a las personas responsables de la persona dependiente o que conviven con ella

Explorar fórmulas que combinen que parte de los servicios sean de naturaleza pública y otros prestados por el sector privado es una de las soluciones que apuntan algunos expertos

AUNQUE TIMIDAMENTE, EL SEGURO DE DEPENDENCIA AVANZA

El seguro de dependencia tiene entre otras ventajas las de tipo fiscal, que aunque suponen un incentivo, no son el elemento principal a la hora de optar por él.

 Según los datos de la patronal del sector, UNESPA, justo en el  inicio de la pandemia, en España había 62.888 asegurados a través de algún seguro de dependencia, y el importe de las obligaciones derivadas de los contratos que habian formalizado esas personas ascendia a 33.470.424 euros

Sin duda es un número aún insuficiente, en comparación a los datos de personas con esa necesidad, pero a pesar de todo, y por las razones que hemos expuesto, deberia ser  cuestión de tiempo que se acabe imponiendo un modelo, basado en un ahorro previo individual o colectivo, que combine capitalización con mutualización (principios básicos del seguro),  que además no sea incompatible y sí complementario de las prestaciones públicas, permitiendo entre otros temas abordar también la dependencia.

JORDI PARRILLA
Miembro del comité asesor de Longevity Institute


Posgrado UB en Silver Economy: un fenómeno que cambiará la sociedad

La Universidad de Barcelona (UB), en colaboración con el Longevity Institute (LI), estrenará durante el curso 20-21 un programa especial de posgrado universitario para profundizar en las claves de uno de los mayores cambios que el mundo vivirá en los próximos años, el del aumento de la esperanza de vida y el consecuente envejecimiento de la población. La incierta situación actual provocada por la pandemia hace que este curso, como el resto de los programas de másters y posgrados de la UB, se imparta básicamente a distancia. El Longevity Institute es una entidad que tiene como objetivo estudiar y observar de forma continuada el fenómeno de la longevidad y los efectos que tendrá en la población mundial. Impulsado por la Universidad de Barcelona, sus actividades se vertebran alrededor de la recién creada Cátedra en la UB. El Institute ha dividido su objeto de estudio en cinco apartados: Salud & Bienestar; Tecnología; Sociedad, Demografía & Legislación; Economía & Negocios; y Ocio & Cultura.

El envejecimiento de la población, la transformación de las relaciones intergeneracionales y sus consecuencias económicas vinculadas a la progresiva inversión de la pirámide demográfica están en la base de este nuevo programa de posgrado innovador, moderno y que cuenta con un plantel de expertos profesores y colaboradores. Como ejemplo, basta citar que ya actualmente el 31,5% de la economía europea depende de la Silver Economy. El Posgrado en Silver Economy está diseñado para dotar a los directivos y cargos intermedios de las empresas de diversos sectores de las herramientas necesarias que les permitan acelerar y potenciar su implantación en el segmento de mercado de la tercera edad, en un entorno global, innovador y tecnológico. 

El posgrado consta de un único curso, de 30 créditos en total, incluida la tutoría para la realización de la tesis. El número de plazas para cada promoción está limitado a 15 alumnos, que deberán acreditar que poseen un título universitario superior. El doctor Xavier Varea, director del curso, explica que “el segmento demográfico de mayor edad ya está adquiriendo un gran peso en la economía mundial y es necesario analizar este fenómeno para comprender sus consecuencias”. Se trata de un segmento de gran importancia cuantitativa, pero también cualitativa. Como muestra, el segmento de edad superior a los 65 años es el que más gasta en alimentación y, especialmente, en productos frescos a los que destina una media de 4.300 euros al año, un 5% por encima de la media de la población.

El doctor Varea añade que el posgrado afronta el estudio de este fenómeno “desde todos los ámbitos posibles porque se trata de un fenómeno global y transversal”. Para más información y para realizar la preinscripción en el Posgrado en Silver Economy, se puede visitar el website https://www.ub.edu/silver-economy/ o contactar con la Facultad de Economía y Empresa de la UB (Avda. Diagonal, 690. 08034 Barcelona / Teléfono: 93 402 98 99 / Correo electrónico: xvarea@ub.edu).

Repóker tecnológico

M.A. / Barcelona

El proceso de envejecimiento de la población mundial transcurre en paralelo al proceso global de digitalización que vive el mundo. La brecha digital va desapareciendo y el uso de la tecnología no distingue edades. Los mayores de 65 años se están reciclando y ya no se quedan atrás en materia tecnológica: usan el móvil, se expresan a través de las redes sociales y empiezan a adquirir el hábito de hacer compras online. En este contexto, los cinco gigantes del sector confirman su posición de predominio incluso en momentos de crisis tan profunda como el actual.

Hace ya mucho que compañías de todos los sectores de la economía comprendieron la necesidad de apostar con firmeza por introducir las nuevas tecnologías en sus organizaciones como una medida obligatoria para adaptarse a la nueva realidad del mercado. El cliente se ha digitalizado completamente y la tecnología es el medio para estar en contacto individual con cada uno de los clientes existentes y potenciales. La crisis sanitaria provocada por la Covid-19 ha alterado todos los segmentos de la economía y ha abierto una crisis global sin precedentes. Pero en este panorama desolador destaca positivamente el crecimiento de las grandes tecnológicas. Son las grandes (casi únicas) triunfadoras de la nueva era de la pandemia.

Apple es el mejor ejemplo de cómo los gigantes tecnológicos se han visto beneficiados por la crisis mundial. La compañía de la manzana es la primera empresa norteamericana en lograr una cotización bursátil superior a los dos billones de dólares. A rebufo, las otras integrantes del quinteto tecnológico no se quedan atrás. Las acciones de Amazon se han revalorizado casi un 80% en lo que llevamos de 2020, las de Facebook un 30%, las de Google (Alphabet) casi un 20% y las de Microsoft un 36%. Y la lista es infinita porque otros nombres populares como Netflix o Paypal han visto como su valor no para de crecer.

El Nasdaq, el mercado tecnológico de Nueva York, avanza alegremente y este año ha visto aumentar su índice de cotización un 65%. La capitalización de las cinco grandes ya es equivalente al 20% del valor de todas las cotizadas, un fenómeno insólito en los demás sectores de la economía. El confinamiento no ha hecho más que aumentar el uso y el número de clientes de las plataformas tecnológicas. Y parece una tendencia de largo recorrido porque el teletrabajo y las videoconferencias han llegado para quedarse.

La situación de las cinco grandes contrasta con la situación en Estados Unidos. Mientras el paro crece en todo el país, Amazon anuncia la creación de 3.500 empleos en media docena de ciudades del país. Y ya hay voces que cuestionan el inmenso poder que acumulan. Los beneficios conjuntos de Apple, Amazon, Facebook, Google y Microsoft han aumentado en el pasado trimestre hasta llegar a los 28.000 millones de dólares. El Congreso tiene en marcha una investigación sobre prácticas de monopolio y los responsables de las cinco grandes tuvieron que testificar para defenderse. Habrá que esperar para saber qué papel tendrán estas corporaciones en un futuro no muy lejano. Hay quien alerta del peligro de permitir que tengan tanto poder y que puedan convertirse en un gobierno en la sombra. Quizás es una exageración, pero no podemos olvidar que su potencial económico es superior al de muchos países.

Foto: Medhat Dawoud

El fenómeno de la longevidad como factor de cambio socio económico

Jordi Parrilla / Barcelona

Además de un “eslogan”, es una manera de empezar a entender lo que puede llegar a significar la longevidad y su repercusión en ámbitos como la salud, la economía o la tecnología por poner solamente algunos ejemplos. En una primera aproximación, el fenómeno de la longevidad puede parecer que se reduce a analizar las consecuencias de un alargamiento de la expectativa de vida y su impacto en aspectos como la salud o la economía.

De hecho, en España más de 14.000 personas superan ya los 100 años y parece que en 2060 esa cifra se situará en torno a las 220.000 personas. Aun desde la perspectiva, incompleta,  de concentrar exclusivamente los efectos de los cambios en el fenómeno de la longevidad a los que directamente tienen que ver con la esperanza de vida, las implicaciones son amplias. La persona longeva pasará por diferentes estadios durante esta etapa que empieza en torno a los 60 años y que puede llegar a ser muy larga, y cada una de ellas tiene sus peculiaridades y sus necesidades.

Si todo se desarrolla de una forma lógica, empezará gozando de una salud satisfactoria, y es posible que en su etapa final necesite asistencia de terceros para vivir. A partir de los 75 años, cuando un buen número de personas que alcanzan esa edad, todavía son altamente independientes, un 30% viven solas, y surge una de las mayores preocupaciones para este colectivo: cómo afrontar la soledad.

Por lo tanto, y solo desde el punto de vista de la salud de la persona, ¿cuál es el reto de la longevidad, vivir más años o hacerlo de manera saludable? Cada vez este  concepto de “vida saludable” está adquiriendo mayor importancia, hasta el punto de que las estadísticas empiezan a clasificar a los  países no solo  en relación a la edad que alcanzan sus habitantes (España junto a Japón se sitúa a la cabeza), sino también en el lugar que ocupan dentro de unos estándares de vida saludable (aquí España desciende algunos peldaños). Después de la salud, el aspecto tal vez más tratado es el que hace referencia al de la economía de las personas que alcanzan la edad de jubilación.

Nuevamente en este ámbito, hemos pasado de hablar solamente de su capacidad de subsistencia y por lo tanto  de los sistemas de ahorro y pensiones, a desarrollar toda una especialidad dentro de la economía, la llamada  “silver economy”.

Las personas longevas ya no son solamente sujetos pasivos de la economía, sino que  representan un colectivo con capacidad de consumo y con características singulares en cuanto a por ejemplo pautas de comportamiento o necesidades. Son cada vez más las empresas que diseñan estrategias especificas para estos clientes, que además de potencial económico, son cada día más numerosos.

 Sin embargo, y como decíamos al principio, la longevidad es un fenómeno más complejo, y en muchas de sus manifestaciones  nos sitúa ante la perspectiva de un cambio radical del modelo social y económico. Desde el momento en que naces empiezas de alguna manera a envejecer, y las expectativas de vida no hacen más que crecer en muchos países. La clave para entender la longevidad por lo tanto se halla en como gestionar tanto  a nivel individual y como sociedad las consecuencias de una pirámide demográfica en la que la base, que constituirían los nacimientos, y la altura, que la constituirían las personas de mayor edad, cada vez tienen un grosor más parecido, hasta el punto de que la figura que se dibuja poco tiene que ver con una pirámide. Como consecuencia, cada vez más un número mayor de sujetos de diferentes generaciones conviven durante un mismo periodo de tiempo. 

El reto no es solamente el de afrontar los problemas de la convivencia intergeneracional, sino de como sacar provecho a este fenómeno sin precedentes, en cómo salvaguardar este “talento senior” y trasladarlo a las generaciones más jóvenes, además de intentar que  esta convivencia genere beneficios a la sociedad.

Ya no sorprende por ejemplo las imágenes en las luchas en ámbitos como la concienciación y la actuación frente al cambio climático de jóvenes y mayores al frente de diferentes tipos de manifestaciones y actuando conjuntamente. Todos estos elementos sumados y combinados  hacen de la longevidad un fenómeno que merece ser estudiado y analizado en profundidad, y  que en muchas de sus manifestaciones nos sitúa como decíamos antes,  ante un cambio radical de modelo social y en consecuencia económico en el que de entrada nos planteamos dos cuestiones:

¿Será capaz la sociedad  de organizarse de forma eficiente en un modelo demográfico en el que una parte importante de las personas pertenezcan a los estratos superiores de la pirámide y en el que deben convivir un número sujetos pertenecientes a generaciones distintas cada vez mayor?

¿Es el fenómeno de la longevidad con los principios que le son propios un motor de cambio  que sea capaz de transformar el modelo de sociedad actual y de los valores por los que se rige en un modelo sostenible desde todos los puntos de vista? Puede parecer una exageración, pero una buena parte del futuro a nivel mundial depende de resolver satisfactoriamente estas dos cuestiones.

Foto: Matthew Bennett

¿Cómo proteger a las residencias de ancianos de una segunda ola?

Los malos datos de la evolución de la pandemia en España durante el mes de agosto
han disparado todas las alarmas de cara a cómo proteger a las residencias de ancianos
del virus cuando llegue el otoño. El diario ‘El País’ publica un contenido en el que se
analiza la dificultad de proteger a los residentes y sobre las posibles medidas para
evitar que se repita lo vivido en primavera. A 20 de agosto, las cifras oficiales señalan
1.200 nuevos contagios en las residencias de todo el país.
Aunque existe la conciencia de que el riesgo cero no existe y que “mientras el virus
circule seguirá colándose en los geriátricos”, los expertos señalan que es
imprescindible “blindarlos al máximo”. El confinamiento en las habitaciones en caso de
detectarse positivos y el compromiso a actuar con gran rapidez si se detecta el virus en
el centro parecen ser las medidas que generan un mayor consenso.

Noticia en EL País

Generaciones

Leer en La Vanguardia

Manuel Castells, ministro de Universidades

El reto de adaptar las leyes

A medida que las poblaciones se llenan de sobrevivientes crónicos y de mayor edad, ¿cómo están los gobiernos ampliando sus servicios de salud y de cuidado de ancianos?
¿Cómo pueden los países de ingresos bajos y medios gestionar el impacto del envejecimiento con una infraestructura hospitalaria y de atención a la tercera edad débil y presupuestos modestos?
¿Cómo se las arreglan los responsables políticos para destinar fondos para los servicios de cuidado de la edad frente a la competencia con otras prioridades?
¿Deberían los ministerios de atención de la salud tomar la iniciativa en iniciativas de envejecimiento a nivel gubernamental para proporcionar servicios ininterrumpidos?
¿Cómo podemos mejorar los sistemas de salud para lograr mejores resultados para las poblaciones que envejecen?